Bueno, me presento. Soy Cristopher Gómez, tengo 13 años, y vivo en un chalé de tres pisos con mi madre,
que es notaria, y con mi padre, que es abogado, en la costa de Cádiz.
Mis padres no me dejan ir con gente de una clase social
baja, dicen que somos demasiado privilegiados para ellos.
Tenemos casas por casi toda España, ya que a mi padre le
mandan trabajar cada vez en un sitio diferente. Estamos todo el día mudándonos,
y eso no me gusta.
Ahora mismo estoy sentado en la silla de mi cuarto, mirando
por la ventana, y viendo como mi madre me hace la maleta, creo que nos vamos a
Marruecos.
Ese mismo día por la tarde, un coche nos recogió. Nos llevo
al puerto de Cádiz, donde nos bajamos con las maletas.
Estuvimos esperando media hora, hasta que un barco muy grande
llegó. Deduje que era un ferri ya que en el lateral lo ponía en mayúsculas.
Nos montamos en el ferri para ir a Marruecos. Pase todo el
viaje, aproximadamente media hora, en la barandilla, mirando el mar. El sonido
de las olas me relajaba, ya que no me gusta estar entre tanta gente
desconocida.
-Por fin hemos llegado, suspiré, me estaba mareando.
Cuando bajamos, lo primero que hicimos fue recoger las
maletas e ir en busca del hotel que habían recomendado a mi padre. Había mucha
gente descalza y con poca ropa andando, por lo que mis padres iban muy deprisa,
y yo intentaba seguir su ritmo sin mirar a mis lados.Íbamos muy rápido, yo un poco más atrás, cuando de repente me choque con una niña, más o menos de mi edad. Llevaba un colgante donde ponía: Latika.